Marruecos 2018: Pamplona – Kenitra

Primeros kilómetros de estas vacaciones que estaba esperando con muchas ganas. Viaje hasta Algeciras, ferry y primeros kilómetros por Marruecos, país con distinta cultura, religión y costumbres.

Como comentaba, el viernes 7 de Septiembre por la tarde salimos camino de Algeciras con la idéa de este primer día hacer el máximo de kilómetros posibles para el sábado coger el ferry a Tanger-Med. Nos decidimos por la autovía hasta Salamanca para ahí coger la autovía de la plata a Sevilla y después conectar con Algeciras.
Íbamos con ganas, así que pocas paradas y moto al límite como para que no hubiera multas. Unos sandwiches de Hector nos dieron de comer en la zona de Valladolid y continuamos, después de repostar en Burgos y Salamanca hacia Cáceres.  Se nos hizo la noche a la altura de Bejar, así que parada y fonda en el primer hostal que encontramos en la rotonda de entrada a Bejar. Habitación doble + garaje para las motos 45 euros… ni tan mal.

A la mañana siguiente y con amenaza de tormentas salimos a primera hora hacia Algeciras. No teníamos billete para el ferry, así que la idea era cogerlo por el móvil cuando nos acercáramos al puerto. Conforme te acercas a Algeciras en las distintas gasolineras ofrecen el pasaje del ferry, pero creo que bastante caro. En la gasolinera nos pedían 195 Euros ida y vuelta con moto y por internet con TransMediterranea nos salió por 68 Euros ida/vuelta con moto incluida. No es el mejor ferry del mundo… pero la travesía solo son 2 horas.  En el propio ferry hacen el trámite del pasaporte, y a la llegada los papeleos de la moto. Si hay suerte y no hay nadie en 15 minutos solucionado.  En muy poco tiempo ya estábamos rodando por Marruecos buscando el primer alojamiento en el continente.

Llegamos a Ashilla y después de preguntar un poco nos alojamos en un hotel plagado de españoles por 50 euros noche con alojamiento, motos vigiladas y desayuno al estilo europeo. Paseito por la medina, primeras fotos y cena a base de pescado pollo y tallin de cabra.

Como vimos en nuestra primera noche en Ashilla y luego comprobamos por todo Marruecos, las calles se pueblan de gente por las tardes cuando hace menos sol. Las cafeterías están llenas de gente bebiendo te y viendo el fútbol mientras los mercados de frutas y verduras hacen su agosto, los niños juegan en medio de la calle, la gente va en bici y los perros, gatos, burros y ovejas buscan sustento… al loro con las motos a estas horas que todo son tropiezos :-).

Si alguien ha llegado hasta aquí leyendo se preguntará que es el Tallín. Es un recipiente de barro donde se ponen dos o tres trozos de carne y se tapa con patatas, zanahorias, berenjena, aceitunas, cebolla… A su vez se tapa con una tapa de barro con un pequeño agujero y se hace al vapor. Esto te encontrarás por todo Marruecos y es bastante sabroso.
Tampoco tendrás problema con la fruta y ensaladas, como siempre hay que beber el agua embotellada y las tortillas de tomate están por todos los sitios. También venden pan en forma de torta con muy poca miga… en fin, hay de todo menos cerveza 🙁

Cada mañana durante el desayuno y mientras nos tomábamos un te con especias, planificábamos la ruta del día en un mapa, buscando la predicción meteorológica y buscando alternativas que nos pudieran gustar. Ya nos habían avisado que las tormentas estaban siendo frecuentes en la zona del Atlas y que había que andar al tanto. De todas formas, nuestra idea para los primeros día era ir por la costa hasta la zona de Agadir y Tiznit, así que por el momento no nos preocupaba mucho.

A las mañanas una vez desayunados tocaba apañar de nuevo las motos y buscar la salida de la ciudad. Un poco follón en las ciudades más grandes, aunque al final siempre se encuentra la salida en busca de la nacional.

El primer día nos perdimos y no teníamos google-maps. Con un mapa buscamos una salida y al final nos metemos en una carretera muy estrecha con multitud de pueblos muy pequeños. Aunque la carretera estaba bastante bien, estaba ocupada por mucha gente que iba a sus trabajos en el campo a lomos de un burro, niños muy pequeños manejando rebaños de 6-8 ovejas y saludos por todos los lados. Al final la carretera se convierte en un camino de grava y arena que nos obliga a coger la autopista hasta Kenitra.

Veo bastante recomendable contar con un mapa. Te ayuda a situarte en la zona y ver la ruta más adecuada. Además los mapas indican muy bien el tipo de carretera y su viabilidad. Luego, una vez decidida la ruta se puede hacer con google-maps para no perderte demasiado.

En Kenitra bastante turístico nos alojamos en un apartamento para los dos con garaje para las motos por 30 euros la noche.  En Kenitra quedamos con Achraf, amigo de Hector de anteriores viajes que nos invita a cenar a su casa con su familia. Durante la cena su padre nos invitó a higos chumbos y a tallín con fruta.
Muy a gusto en la cena,además antes tuvimos la oportunidad de ir al mercado a comprar la cena, asistir al baile de una boda marroquí y observar un poco sus costumbres, forma de vida etc. Nos despedimos aquella noche diciendo que había que repetir y visitar a esa familia en Kenitra.

Con el tema de google-maps etc, optamos por comprar una tarjeta de «Maroc Telecom». Por cinco euros te compras la tarjeta y un giga de internet 4g cuesta 1 euro. Puedes utilizar la conexión de internet del teléfono en cualquier momento y la única pega es que no puedes hablar por teléfono o recibir llamadas… cosa que tampoco es una pega.

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